Carbonero garrapinos (Periparus ater)

 Una de mis aves favoritas de la fauna ibérica es el carbonero garrapinos. Esta pequeña ave, de entre tan solo 10 y 11,5 cm de largo, posee una combinación de colores que siempre me ha llamado la atención: su cabeza es negra, con mejillas y nuca blancas. La combinación de estos dos colores con el amarillo pálido de su torso le dan al carbonero garrapinos, desde mi punto de vista totalmente subjetivo, un atractivo que es difícil de encontrar fuera del género Periparus (al que pertenecen las distintas especies de carboneros). Su espalda, alas y cola grises terminan por aportar un bonito colorido a esta pequeña ave.

Su inconfundible y agudo reclamo, unido a su llamativa paleta de colores, hacen que sea muy fácil de identificar en las ramas de una conífera, los árboles preferidos del carbonero garrapinos. Cuando se encuentra nervioso, su cabeza presenta una pequeña cresta.

 Carbonero garrapinos posado sobre una rama de un árbol en un jardín urbano de Madrid. 

Es habitual encontrar al carbonero garrapinos colgado bocabajo de una rama, buscando pequeños frutos o insectos, que agarra hábilmente con su fino y corto pico. Suele encontrarse acompañado de otros miembros del género Periparus. Respecto a la reproducción, suelen emparejarse en los meses invernales e iniciar la misma a finales de invierno y principios de primavera. Pueden criar 2 veces al año, siendo lo más habitual que cada una de las nidadas esté compuesta por entre 7 y 9 huevos. Su población en España se estima en unos 2.8 millones de ejemplares, con un incremento moderado de la misma entre 1998 y 2023 según datos del programa Sacre.
 
El mismo ejemplar de carbonero garrapinos de la foto anterior colgado de una rama en busca de alimento.

 

Entradas populares