¿Flores en diciembre?

 Durante mi última visita a Campillos me topé con este curioso espécimen en la cuneta de una carretera, después de un paseo poco fructuoso en cuanto a observación de aves por el entorno del Caminito del Rey. La hora (poco antes del mediodía) y el lamentable estado de la vegetación y las masas de agua probablemente contribuyeron a que la zona estuviese casi despoblada de aves. Me llamó mucho la atención su color negro azabache -nunca había visto una flor de ese color. También me descolocó la fecha en la que estábamos, ya que no es común ver muchas flores en pleno invierno (aunque lo templado de este último invierno hacía pensar en la posibilidad de la aparición de flores incluso en esta estación). Por estos dos motivos, la fotografié para estudiarla más adelante. Por falta de tiempo pude dedicarle mi tiempo hasta hace pocos días, pero ahora me alegro de haberlo hecho.

                    

Aunque mi conocimiento sobre flores es bastante limitado, investigando sobre esta fotografía he aprendido que la existencia de flores con predominancia de color negro no es muy común en la naturaleza. Por eso mismo, no comprendía como no podía encontrar una fotografía de una flor negra al menos con cierto parecido a esta que ví aquel día. La única respuesta posible era que no se tratase de una flor... Y así era.

Este espécimen que pude fotografiar estas Navidades resulta que es un hongo en la fase final de su vida. En concreto, parece ser un espécimen del género Coprinus, aunque no sabría decir con exactitud de qué especie. Podría ser bien una especie de Coprinus comatus, o de Coprinus calyptratus o quizás de Coprinus xerophilus. Todas ellas presentan un sombrero blanco con escamas en su juventud y madurez.  Posteriormente se abren para liberar sus esporas y así reproducirse, a medida que se autoconsumen y se vuelven de color negro como en el ejemplar de la foto. Este proceso de autólisis es característico de las especies del género Coprinus.

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