La fenología

Para cualquier persona que se dedica a la vida en el campo y para aquellas que disfrutan de la observación de las aves y todo tipo de fauna, es muy importante conocer el comportamiento la fauna y su relación con el entorno en el que vive. Y al igual que ocurre con nosotros los seres humanos, el comportamiento de la fauna (y también el de la flora) está muy condicionado a los ciclos estacionales originados por el clima. Tan importante es esto que existe toda una ciencia dedicada a estudiar los fenómenos biológicos acomodados a estos ciclos estacionales: la fenología.

En concreto, se define la fenología como "Ciencia que estudia los fenómenos biológicos como por ejemplo los ciclos biológicos de plantas anuales e insectos, los cambios observados en el desarrollo de árboles y arbustos, las migraciones de las aves etc., que se presentan periódicamente acomodados a ritmos estacionales y que tienen relación con el clima y con el curso anual del tiempo atmosférico en un determinado lugar." [1]

Gracias a la fenología conocemos los ciclos migratorios de numerosísimas especies de aves: en qué días del año llegan a una región en concreto; qué desfase hay entre la llegada de los machos y las hembras; cuando se van; cuando tiene lugar la primera puesta, etc. [2]. En España, son numerosas las personas que se dedican a registrar los datos fenológicos; bien por profesión o bien por afición. La Agencia Estatal de METeorología (AEMET) publica un informe semestral de la fenología a lo largo del territorio español [3].

La observación de estos eventos cobra una trascendencia aún mayor que la del propio conocimiento de las especies estudiadas cuando se realiza durante largos periodos de tiempo, permitiendo la identificación de cambios en los patrones de comportamiento de especies de animales y plantas en una región. Gracias a la observación a largo plazo de los eventos fenológicos para distintas aves (datos desde 1980), sabemos que numerosas aves transaharianas (aquellas que hibernan en África, más al sur del desierto del Sáhara) han adelantado su llegada a España en primavera [2], e incluso algunas de ellas están empezando a hibernar en la Península Ibérica, probablemente en parte debido al incremento de la temperatura media invernal en este territorio (Figura 1), aunque dicha atribución es difícil de confirmar. Otros factores que influyen en la fenología de las aves son la disponibilidad de alimento (insectos; frutos y bayas; etc.) [4], factores que pueden estar afectados tanto por la meteorología como por la actividad humana (p.e.: la reducción de cantidad de insectos por el uso de pesticidas).

Figura 1: Temperaturas promedio y tendencias por estaciones en España durante el periodo 1980-2021. Se elige este periodo por ser el periodo de estudio empleado en la referencia [2]. Datos de AEMET.

Más evidente parece la relación entre el cambio climático y la fenología en el caso de la fenología de las plantas. Un caso conocido es el de los almendros, que llenan de color los campos y anuncia la inminente llegada de la primavera. En los últimos 40 años, este árbol ha adelantado su floración en unos 9 días de media en Madrid y 15 días en Tarragona. Incluso en el río Guadalmedina (Málaga), este árbol está empezando a florecer en diciembre [5].  

Todas estas observaciones constituyen una enorme fuente de información para comprender mejor la relación entre el clima y el entorno en el que vivimos, una cuestión fundamental para poder adaptarnos como especie a posibles cambios que tengan lugar en el futuro.


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