Aguilucho cenizo


Pocas aves rapaces son tan dependientes de nuestros hábitats agrícolas como el aguilucho cenizo, una especie migradora que cada año emprende viaje desde sus zonas de invernada africana a los secanos de cereal ibéricos que elige preferentemente para nidificar. Lógicamente, sus principales problemas de conservación vienen dados por el deterioro y la pérdida de hábitat derivados de la intensificación o el abandono de las explotaciones agrícolas, así como el impacto directo que supone el paso de las grandes máquinas cosechadoras.
Cada año organizaciones ecologistas recogen polluelos en verano antes de que las cosechadoras los elimine y son puestos en libertad entre pacas de paja puestas para este proposito.


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